2014/01/23

Kanbiando con Kanban


Hace unos días, en mi trabajo, hicimos una actividad interesante.

Se propuso a los miembros del equipo un problema de programación no muy complejo. Se eligió un lenguaje de programación y una sola computadora, cuya pantalla se reflejaba en un televisor para todos, donde cada uno trataba de avanzar lo que pudiera durante 5 minutos.

Excepto el jefe, que debía mantenerse al margen haciendo intervenciones ocasionales, nadie más que quien estaba en su turno podía hablar, contando a los demás que iba haciendo y por qué lo hacía.

Además podía buscar en Google, y modificar o borrar el código previo.

Se sucedieron varias rondas y paso un par de horas sin que lográramos escribir una solución funcional.

Entendíamos la solución a la que queríamos llegar, y probablemente todos hubieran podido escribirla trabajando solos durante quince minutos o media hora. Pero, por alguna razón, no la lográbamos alcanzar.

Cuando terminó la jornada, me retire, pero el problema continuaba en manos que quienes podían quedarse.

Me sentía frustrado, pero, conforme pasaba el tiempo me iba sintiendo además instruido. Un problema simple y solucionable se había vuelto prácticamente irresoluble debido a las condiciones de trabajo impuestas.

Estas condiciones fueron tales que prácticamente anulaban la comunicación. Eso inhabilitaba el trabajo en equipo. Al menos, él trabajo en equipo usual.

Reflexionando, me di cuenta que, al inicio, nadie asumió el reto como un trabajo en equipo. Cada uno quería, de ser posible, terminar el problema en su turno.

Luego, cuando las primeras rondas iban mostrando que no sería tan fácil, apareció gente que prefirió hacer explícita una estrategia en lugar de programar. Entonces, el trabajo de todos empezó a encauzarse y parecía que se resolvería pronto. Nos estábamos adaptando.

Es allí donde el jefe cambió de pronto las reglas. Dijo que estaba clara la solución y que el reto sería ahora tratar de escribirla una sola persona, desde cero, en 5 minutos.

Además de transformar el problema en una competencia de tipeo, de entrada, eso destruía la comunicación incipiente que había surgido espontáneamente. Fue entonces cuando me retiré.

Camino a casa iba pensando que pasaría si esa prueba se repitiera cada semana. Creo que iniciaríamos sacrificando tiempo de programación para establecer mejor primero un marco de trabajo y luego la estrategia para resolver el problema. Y luego recién empezaríamos a codear.

Me pregunte luego cuántos proyectos habrá así en la vida real. Con gente competente y sin embargo sin avances significativos. Y todo por una organización contraproducente.

Deming, el padre de la mejora continua de la calidad, decía que el 95% del resultado éxito o fracaso se debía a la organización y solo 5% a la gente.

Pero no es obvio. Mucha gente tiende a culpar a la gente y lanzarse a tomar medidas correctivas en ese sentido. Llamadas de atención, recorte de privilegios, castigos, en el peor de los casos. Capacitaciones y coaching en el mejor de los casos.

Pero, si la causa es la organización, no se solucionará nada. A menos que se empondere a la gente para que la pueda mejorar.


Un par de días después, asistimos a un seminario sobre Kanban (la metodología de visualización de flujo de trabajo inspirada en las prácticas de Toyota).

Resulta que es una herramienta muy simple y poderosa para visualizar el estado del flujo de trabajo en una organización. Y para hacer evidentes sus virtudes y defectos.

Siendo evidentes los defectos, es más fácil proponer cambios de políticas e ir gradualmente cambiando la organización.

Yo pensaba que venía utilizando Kanban, al menos en mis proyectos personales. Descubrí que lo estaba haciendo de modo incompleto. Para que Kanban haga su magia, es necesario hacer hacer explícitos los límites de trabajo en progreso (WIP, por sus siglas en inglés) y las políticas de aceptación de tareas.

Ahora estoy leyendo y aprendiendo más al respecto. Un libro que me parece sumamente útil y fácil de leer es "Scrum y Kanban: Usando lo mejor de ambos", de Henrik Knigerg y Mattias Skarin.

Estoy viendo que podría usarlo también para mejorar mi forma de estudiar... y hasta para procesar con más eficacia las montones de cosas que quiero hacer en la vida (Personal Kanban)

Una gran virtud de Kanban es que te permite iniciar como eres ahora, con lo que tienes ahora.

Viva Kanban \(^_^)/

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